sábado, febrero 19, 2005

Se te echa de menos

No nos volverá a hablar. Quiere que la olvidemos, que no volvamos a dirigirnos a ella. Pero nos permite mirar a escondidas a través de una grieta en su campana de cristal. Lamento que esto sea todo lo que haya podido quedar de una compañía agradable, de algo que pudo ser una buena amistad y que se vio truncada por algo que no supe hacer, o que no supe entender a tiempo. Espero que te cures, Blue Thing, espero que puedas volver a ser feliz, de veras. Aunque no lo pueda ver. Quizá tengas razón, y no vemos nada más allá de nuestras copas de vino y de nuestros discursos posmodernos. No entendimos tus gritos desde el otro lado de la campana, y ahora todo lo que nos queda es esa grieta. Desde la que a veces veo cosas por las que me gustaría decirte 'gracias'. Pero si te lo digo empeorarás. Así que seguiré mirando desde la distancia, desde la grieta. No puedo olvidarte tan fácilmente, aunque me lo pidas. Mientras tanto, te echaré de menos.

Muchas veces

Muchas veces hago notas mentales para posts sobre tal o cual tema, algo que quiero decir acá o allá. Y todas esas notas se pierden irremediablemente en el caos neuronal. Quizá si separas el ruido de mis neuronas puedas obtener correlaciones entre las señales que, debidamente reordenadas, produzcan todas aquellas notas mentales que se van perdiendo. Porque la información no puede desaparecer completamente, eso violaría unitariedad.
Quizá en el futuro podamos hacernos notas mentales sin miedo a olvidar lo anotado, porque tendremos un implante que recupera esas correlaciones entre nuestro ruido mental y las traduce a post-it virtuales que aparecen directamente a la hora adecuada sobre el escritorio de nuestro navegador.